No se trata de una sólo acción, sino de un proceso interactivo entre el coach y el o los empleados, que requiere de compromiso y tiempo de ambas partes.
Para realizar estas actividades se necesita de un espacio adecuado y tranquilo, sin interrupciones. Muchas empresas, optan por realizar una reserva de salas fuera de las mismas para llevar a cabo las actividades de coaching; cualquiera sea su modalidad: taller, seminario, prácticas con supervisión, charlas, entrevistas.
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Realizar el alquiler de salas de reuniones apropiadas para tal actividad, si no cuenta con una sala cómoda, es lo ideal.
En toda España se pueden encontrar salas de juntas equipadas para este tipo de actividades. Se reservan a través de la web por la cantidad de horas a utilizar.
El proceso de coaching implica una interacción entre, al menos, dos personas: una que entrena y la otra que está siendo entrenada a fin de desarrollar sus propias habilidades para cumplir con sus objetivos laborales. En líneas generales, el proceso de coaching contempla varios pasos: comienza por la observación de puntos de vistas respecto a posibles soluciones, la toma de conciencia respecto a las decisiones del orientado, el establecimiento de objetivos puntuales, las acciones a realizar que puedan sostenerse en el tiempo, y por último, la medición de los resultados obtenidos.
Es un proceso que necesita tiempo para su correcta resolución, y sobretodo, confianza por parte de la empresa. Apostar por procesos de entrenamiento al personal es apostar a la confianza, e implica una motivación muy importante. En la actualidad, las gerencias están viendo las ventajas que ofrece este tipo de procesos para conseguir resultados duraderos en el tiempo, más allá de las críticas que ha tenido este tipo de técnicas